Nuevos desafíos para el Turismo Rural: El turismo ha sido frecuentemente una de las primeras opciones que las zonas rurales han explorado para diversificar su estructura económica y desarrollar alternativas a las actividades primarias tradicionales. Las zonas rurales cuentan con recursos turísticos de gran valor: naturaleza y paisaje, patrimonio histórico, cultural y etnográfico, gastronomía y productos artesanales, que sirven de soporte a servicios turísticos clásicos (alojamiento y restauración) pero también a servicios turísticos nuevos (turismo activo, cultural, de descanso…). Sin embargo, el turismo rural sigue siendo minoritario, y frecuentemente subordinado al otro gran modelo de turismo de base territorial, el turismo urbano: las ciudades concentran los grandes flujos y la mayor parte del valor añadido de los servicios turísticos, mientras que los espacios rurales son, principalmente, espacios para actividades puntuales. El taller pretende explorar de qué manera las zonas rurales pueden incrementar su participación en el mercado turístico global y conseguir un mejor aprovechamiento de los flujos turísticos, conservando al mismo tiempo su carácter rural (evitando la saturación).

Diversificación de la economía rural hacia servicios innovadores y basados en el conocimiento: Las áreas rurales no pueden conformarse con mantener o mejorar las actividades primarias, o diversificarse únicamente hacia industrias transformadoras de productos primarios o hacia servicios de valor añadido bajo o medio. En la mayor parte de las economías desarrolladas, los servicios avanzados suponen ya un elevado porcentaje de la actividad económica, y crecen por encima de la media. Estos servicios, al igual que las industrias de base tecnológica, tienden a concentrarse en las zonas urbanas, principalmente en el entorno de centros de investigación. En muchos casos se trata, no obstante, de empresas que no prestan servicios a consumidores finales y que no dependen de los mercados locales, por lo que podrían localizarse fuera de estos entornos urbanos, si las condiciones de infraestructuras y servicios fuesen las adecuadas. Las áreas rurales, especialmente zonas periurbanas con buenas comunicaciones, pueden ser localizaciones favorables para estas empresas: menores costes, buena calidad de vida y un entorno favorable para la innovación y la creatividad.